viernes, 30 de noviembre de 2007

El tren


El tren acaricia las vías

Como los dedos de un amante

Rodea los pezones endurecidos de su amada

Suave, firme, balanceándose.

Se detiene de tanto en tanto

y como la sangre a borbotones

un fluir de gente entra y sale.

A veces en ese deslizarse agita,

como la dama al rozar su pezón,pellizcando.

Y sus quejidos se confunden

con el placer del balanceo.

Oscurece y a través de sus cristales

solo deja ver, destellos móviles,

como ella cuando entorna los ojos

y los abre para sorprenderle

con su mirada ardiente, de deseo.

No hay destino, ni tiempo

Mil paradas, para retomar el aire

ella como el tren, no desea parar

pero entonces se perdería el camino,

los paisajes, y el calor de los dedos

de su amado.

Lentos, suaves, balanceándose.

No hay comentarios: