sábado, 12 de enero de 2008

El mundo en una tomatera (10.8.2007)

Sentado en el porche de su casa, contempla sus tierras, como si pudiera ver como crecen las tomateras que plantó hace un mes.Con la mirada perdida, y una pequeña sonrisa asomando en su boca, Manuel disfruta de su pequeño mundo, un mundo que para cualquier otro sería una nimiedad , para él es su universo. Nació allí, en aquella casa a su espalda, cierto es que en aquel entonces solo tenía una pequeña habitación donde aprovechaba para cualquier actividad, desde la matanza colgando el cerdo en el techo del comedor, como un lugar donde se reunían en las tardes de invierno, notando el calor de la hoguera que en aquel entonces servía de cocinilla. Allí nacieron sus tres hijos, en el mismo lugar donde abrían en canal el cerdo de la matanza.Pero hoy es un día de recuerdo, de añoranza, de melancolía, de tristeza. Hoy recibió una carta. Una carta que no entendía, que no creía, como si de un mal sueño se tratara. Hoy sabe que le quedan pocos días para grabar en su memoria el roble que plantó el día que nació su primer hijo, los tomates que nunca recogerá, las Navidades que jamás fotografiará su nieto. Le quedan 10 días para desaparecer, y con él todo su universo.Hoy sabe, que el AVE Madrid-Valencia arrasará su vida y ya no tendrá un lugar donde acunar sus recuerdos.

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