domingo, 27 de enero de 2008

No merezco menos



He tenido grandes amores imaginarios, me he enamorado de una fotografía, he tenido sexo a mi antojo, y sumisos temporales. Me han roto el corazón y he roto corazones, he sido una vampiresa y una gatita mimosa, pero nunca he hecho daño intencionadamente a quien no lo tuviera más que merecido.


He estado casada muchos años, tengo dos hijos de los que estoy absolutamente orgullosa. He trabajado lo indecible para estar donde estoy, tanto física como mentalmente.
No me arrepiento de mis pasos, ni de las hostias que me ha dado la vida (que en ocasiones se ha cebado de lo lindo).


Todo ese tiempo es pasado, y ya no quiero esos pequeños instantes de placer, ni una noche loca de lujuria. Ya no me basta esas drogas sexuales para satisfacer mis deseos. Quiero más, mucho más.


Pero que nadie se confunda, no quiero un príncipe azul, esos no existen. Quiero personas, sentir corazones con deseos de vivir, almas con deseos de crear.

Corazones abiertos y sinceros, que no tengan miedo a arriesgarse a saltar en paracaídas en cualquier acantilado. Que no se hundan al primer tropiezo, que disfruten de un amanecer, que les guste mojarse bajo la lluvia sin protegerse pisando los charcos que se encuentren a su paso, que amen la vida, solo por estar vivos.


Quiero locos entrañables que bailen sobre mi cama desnudos en la oscuridad con dos linternas en las manos. Que se pinten los ojos como Bowie y salgan a la calle de mi mano.


Quiero sentir unos dedos que atraviesen mi piel y un aliento que me queme las entrañas. Quiero que me canturree antes de dormir, y me lea cada noche los cuentos que haya escrito en la madrugada. Despertarme con su sonrisa, y que me atragante al reírme a carcajadas. No quiero amantes ocasionales, de esos ya tuve unos cuantos. Quiero amar hasta las vísceras, y sentirme amada hasta las trancas.


Un compañero de viaje, sin rutas programadas, donde nos lleve el camino, sin exigencias, solo el deseo de nuestra compañía.


Tener su alma en mis manos, y sentir el poder de su deseo.


La vida ahora me premia todo el dolor que me dió en aquellos años en el que estaba muerta, con regalos envueltos de hermosos colores, un trabajo que me llena, mis hijos que son mi mayor poema, mis amigos que me adoran, disfrutar de un amanecer, caminar por la hierba mojada sintiendo el mundo a mis pies.


Seguiré amando el mundo, aunque en ocasiones llore ausencias pero caminaré por el arco iris de la vida disfrutando de cada uno de sus regalos.

4 comentarios:

xalabin dijo...

Lo que se encuentra uno dando vueltas por ahí...

La_Dama dijo...

Me has pillado de traslado
:-P

La_Dama dijo...

Chico listo....

Macknife dijo...

No mereces menos... eso es verdad.