jueves, 23 de octubre de 2008

Una muerte anunciada



Te pusiste la pistola en la sien
Te pregunté:
- ¿Estas seguro que quieres hacerlo?
Después de un silencio casi eterno, respondiste con el susurro de la duda.
- Si
Y en el silencio de la madrugada, el disparo de tu decisión asesinó la única esperanza de vida que aún te quedaba.
Contemplé tu suicidio, entre incredulidad y pena.
Después quedó la noche, la nada, el olvido.


Fotografía: La_Dama

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