Puede que no hayan montañas nevadas
Ni campanillas repicando con el viento
Ni arcoiris de Agosto
Ni lunas de colores
Ni cupidos voladores
Ni manzanas jugosas
Ni serpientes tentadoras
Ni angeles alados revoloteando
Ni un cielo estrellado
Ni el canto de los pájaros en primavera
Ni hierba recien llovida
Ni el olor de jazmin
Ni la luna mojandose en el mar
Ni siquiera un amanecer sobre ese mar
Pero cuando abres los ojos cada mañana
Estoy en el paraíso.
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