miércoles, 28 de enero de 2009

El baile del viento

Cuando salgo de casa siempre me llevo el bolso (parece el camarote de los hermanos Marx) y la cámara por si me asalta una imagen y me la puedo llevar.

Así que ayer, mientras iba de camino al trabajo y perseguida por un cielo que me tenía absolutamente ida. No sé las veces que me hubiera parado en medio de la autopista para fotografiar los contraluces que producía esa luz del atardecer con los coches que cruzaban sobre mí en los puentes que me cruzaba. Pero no, tranquilos... no lo hice (cualquier día lo hago ), aguanté mis ganas de llevarme el cielo hasta mi llegada.

Salí del coche, cogí la camara del asiento de atrás y sin ni siquiera cerrar la puerta me acerqué a un arbol que hay detrás del edificio, y después de pedirle permiso (porque pido permiso a todo lo que fotografío), empecé a explorarlo con mi objetivo.

Fue todo un placer bailar al son del viento que nos mecía, con las luces del atardecer, el velo de las nubes sobre nuestras cabezas y sus brazos en un intento de sujetarme bajo sus ramas.

El viento es muy molesto, lo reconozco, pero los mejores cielos siempre me los encuentro en los amaneceres y atardeceres de viento...

Todo tiene su lado positivo, solo hay que detenerse un momento para encontrarlo.

Y disfruté, disfrutamos....

Os dejo un instante de nuestro baile.

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