Es buena hora, teniendo en cuenta el posible tráfico matinal de un lunes, media hora me era suficiente.
Al salir de casa.. ¡¡Sorpresa!!. Me ciega su brillo, es una atracción que nunca puedo resistir, allí está, magnífica, imponente, como esperándome.
Dudo por un segundo, si hacer caso omiso de la hora para llegar al trabajo, o darme la vuelta a buscar mi cámara.. Una duda fácil de resolver... Me doy la vuelta.
Al final, llegué quince minutos tarde, pero con la imagen de la Dama Blanca capturada para mi deleite... Aqui os dejo una de ellas.
¿Os hubierais podido resistir?
2 comentarios:
Cuando yo la he visto era un poco más tarde. Ya había luz en el cielo, y ella jugaba a esconderse tras las ramas desnudas de un árbol. Tampoco yo me he sabido resistir. Y a pesar del frio, me he parado a contemplarla.
¿Será que somos un poco lunáticos?
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